Deep inside

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Contemplar el mundo por el visor de una cámara es como una retrospectiva oscura hacia uno mismo, hacia lo que se es, hacia lo que hace falta, hacia lo que se quisiera decir. En esa ruleta rusa de coincidencias nosotros somos sólo una pieza más girando y cayendo y volviendo a girar hasta que todo se orquesta en una sincronía perfecta y hasta malévola. De ahí nace ese algo que trasciende la propia emoción humana y que se va colando por los ojos de los visitantes que se quedan sin aliento al contemplar lo que atrapamos cuando salimos de noche y le cantamos a la luna.